Autor:
José Antonio Guerrero Torres
Los
museos en el mundo evolucionaron en las últimas décadas. Dejaron de ser
instituciones rígidas con discursos académicos y elitistas que alejaban al
común ciudadano, transformándose en espacios más dinámicos que incluyen cada
vez a grupos humanos más diversos.
Como
parte del acercamiento de los museos a los públicos, se desarrollan diversos
programas pedagógicos dirigidos a diferentes edades, desde niños a personas adultas
mayores, las cuales generan interesantes espacios de educación no formal (educación
fuera de los colegios) que atraen a personas que en otras circunstancias no
disfrutarían de la visita a un museo.
En
el Perú, este cambio se está realizando lentamente en algunos museos de las
principales ciudades del país generando programas pedagógicos con gran alcance
e impacto en la sociedad, buenos ejemplos de ellos se pueden encontrar en
museos como el MALI (Museo de Arte de Lima), MAC (Museo de Arte Contemporáneo),
Museo Larco -desde el ámbito privado- y algunos otros de carácter público como
el Museo del Banco Central de Reserva y el Museo Nacional de Arqueología, Antropología
e Historia del Perú. Estas iniciativas ofrecen una experiencia vital y lúdica
de modo que el público se entretiene a la vez que aprende de manera continua y
sostenida generando un aprendizaje significativo.
Fuente:
Museo de Arte Contemporáneo MAC.
Recuperado
de: http://www.pedagogiademuseos.org/
Por
estos motivos, un museo es importante para la comunidad que lo acoge ya que
puede apoyar a la promoción de distintos aspectos sociales como la cultura y la
educación de las personas que viven a su alrededor.
Debido
a que contamos con gran cantidad de museos en Lima y en casi todas las
provincias del Perú (que generalmente son instituciones pequeñas, con pocos
visitantes y poco personal), de diferente carácter institucional y diversa temática
expositiva. Que, si bien en la mayoría de los casos no cuenta con muchos
recursos, podrían convertirse en espacios de valor orientados en la generación
de oportunidades y de construcción de conocimiento.
Es
por ello que estos espacios necesitan el apoyo de instituciones públicas y
privadas que podrían aportar con especialistas que brinden lineamientos
técnicos y capacitación para convertir a estos museos en puntos de
transformación y de impacto sobre sus realidades. Ya que mediante los programas
pedagógicos se puede generar un complemento a la educación regular, dando
una alternativa mucho más amigable e interactiva para cada una de las personas
del área de influencia de cada uno de los museos.
Si
bien se cuentan con instituciones, como escuelas, defensorías, municipalidades,
etc., que ya tienen como funciones educar, proteger, promover la cultura, estos
espacios aún son insuficientes y se podrían complementar con las
actividades que se generarían en torno a las instituciones museísticas, las
cuales serían más cercanas, amigables y de acuerdo a sus realidades.
A
manera de ejemplo a nuestra realidad cabe resaltar el caso del Museo de sitio
Túcume (Lambayeque), vinculado directamente a un pequeño pueblo del mismo
nombre, en donde el patrimonio es una herramienta de desarrollo y contribuye a
combatir la pobreza y el desempleo, generando oportunidades y muchas
posibilidades de desarrollo social, económico y cultural, por medio de la investigación
científica, las tareas de conservación y el desarrollo del turismo de su
comunidad.
Fuente:
Museo de sitio Túcume.
Recuperado
de: http://www.museodesitiotucume.org/
Además,
desde 1998 se implementó el programa de Educación para la Conservación, en
donde se trabajó con los maestros y estudiantes de primaria y secundaria del
pueblo de Túcume, incorporándolos en diferentes actividades para establecer de
manera conjunta las ideas centrales del programa educativo, que incluye actividades
como: Clínica de arqueología y conservación, aula de educación, taller de
cerámica y el vivero y biohuerto.
Este programa fue distinguido con una mención
de honor por el Programa Ibermuseos en el marco del II Premio Iberoamericano de
Educación y Museos de 2011 que reconocía la promoción del desarrollo personal y
cohesión social, así como el fomento de la responsabilidad de los museos como
agentes esenciales para el desarrollo. Con lo que es posible por medio de
buenos programas impactar sobre las personas de su entorno dándoles la
posibilidad de disfrutar y compartir su patrimonio cultural e incorporar con
ello a las futuras generaciones, generando un cambio tangible que trasciende en
el tiempo.
Fuente:
Museo de sitio Túcume.
Recuperado
de: http://www.museodesitiotucume.org/
Para
finalizar es importante recordar que un museo es pieza clave para la educación
y la cultura, y que con un discurso adecuado y particular que responda a sus
necesidades de su público y contribuye al mejoramiento de su realidad. Para
ello se necesita formalizar y apoyar la sostenibilidad de estos museos que son fundamentales
para el desarrollo del país, generando un museo para todos.
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