por Samuel Querevalú (texto) y Edwin Yaranga (fotos)
Primera
entrevista a personas claves en la difusión del patrimonio cultural de Huaylas.
La Asociación YIHDES tuvo la oportunidad de entrevistar al caracino Roy Pajuelo Escate, quien es actual
encargado de la editorial “El Inca” y miembro del grupo "Los Aprendices".
EL
LEGADO DE UN PADRE
1. Para
los que no te conocen, ¿a qué te dedicas y como llegas a identificarte con “El
Inca”?
Roy
Pajuelo, el sexto hijo de Rómulo Pajuelo y Victoria Escate, es relacionista público
de profesión, pero en el último trecho de la vida de mi padre, quien siempre
supe apoyar desde muy pequeño, él decidió heredármelo todo lo que tenía como recolector
de información con “El Inca”. Con la finalidad para que yo trate de hacer la
mejor forma para que la información sea pública y difundirlo. Así que estamos
en esa lucha y proyecto que al final es una herencia familiar.
2. En
breves palabras, ¿Cuál crees que es el principal legado
que tu papá dejo a Caraz, a la provincia de Huaylas y a la región de Ancash en
general?
Identidad.
Identidad huaylina es lo que en este espacio que tengo en casa, que felizmente
he sabido ordenar en algún modo, es lo que he notado. Es lo que él quería, lo
que buscaba era rescatar que, para muchos investigadores, docentes, escritores.
Es una cultura rica no solo desde lo arqueológico sino desde lo tradicional.
Entonces, es lo que siento que me dejo: el tema de identidad.
3. ¿Recuerdas
alguna experiencia o evento que marcó en la vida profesional y personal de tu
papá?
Mi
papá era un errante. Es decir, tenía una casa, pero el siempre trataba de estar
fuera y sobre todo pisar tierra, respirar polvo. Lo que yo sentía mucho de él y
lo que siempre nos dijo que “solo se ama lo que se conoce y se defiende lo que
se ama”. Es que a donde iba no tenía límites para conocer. Por ejemplo, él podía
llegar a Matos varias veces y cada vez que iba encontraba algo nuevo. Desde que
el empieza a conocer padres intelectuales como Augusto Alba, quien fue su
maestro, fue el quiebre del asunto. Si bien era docente, cuando llego conocer y
rodearse de personas polifacéticas como Alba y José Malca, logro tener esa
unión: docencia con servicio público y la difusión. No te podría dar ahorita
una anécdota clara de lo que le despertó, pero si te podría decir quien fueron
sus referentes o los causantes de su base de datos.
Primera edición de "El Inca" 1986 (Foto: Edwin Yaranga) |
CONTEXTO
ACTUAL Y PROYECTOS A FUTURO
4. En
base a los que nos mencionas que es una herencia familiar y cultural, ¿Cuál es
la visión de Roy Pajuelo para “El Inca”?
Rescatando
lo que él decía en vida, es ofrecer todo lo que pudo recopilar y lo que yo
estoy pudiendo recopilar, ofreciendo al público y a las personas. Quizás no
todos estén interesados en lo cultural, pero si aquellos profesionales,
docentes estudiantes, que necesiten la información de algún modo. Ya sea por un
lado educativo o tema de interés profesional. Entonces mi visión es mantener,
rescatar y difundir ese conocimiento. Este espacio está abierto a todo el que
quiere conocer un poco más de la provincia de Huaylas y algo más de Ancash. Eso
es lo que buscamos no solo a título personal sino como familia Pajuelo ya que también
me están apoyando mis hermanos y mi madre a esa iniciativa, la cual si no fuera
por la pandemia ya más avanzado lo tendríamos. Sin embargo, este pequeño
espacio queremos convertirlo en lugar de consulta para dejarlo abierto al público.
Habrá computadoras y la biblioteca estará abierta para lo que puedan desear y
conocer lo recolectado.
5. ¿Qué
te parece la situación actual de nuestro patrimonio cultural arqueológico? Como
caracino, ¿Cuál es tu lectura de los sitios arqueológicos en Huaylas, empezando
por Tumshukayko?
Partiendo
desde lo social y colectivo, siento desinterés, desconexión y alejamiento con
el tema histórico y de rescatar legados. Como heredero de ese símbolo, siento
que hay un alejamiento desde lo político, social e institucional, es decir hay
bastante dejadez. Hay pocas iniciativas, difusión y creatividad lo que genera
poco conocimiento y a su vez pocas ganas de conocer lo que hay o lo que puede
haber. Para mi esa es la lectura que vengo manteniéndola varios años.
6. Con
respecto a la gestión actual, ¿Cuánto se podría lograr si hubiera una real voluntad
política local para el adecuado manejo de nuestro patrimonio cultural?
¿Qué
no se podría lograr? Para empezar, un tema fundamental para cualquier cambio
social es la educación. Si no hay interés para la educación, y no me refiero a
la formal, sino de una educación que se refleja en la voluntad y ese empuje por
conocer más cosas, la cual me dio padre. Si hubiera eso desde lo político, créeme
que mucho de los problemas y conflictos sociales no existirían. Lamentablemente
lo político hoy en día es algún rédito, algo material que te de algún aplauso momentáneo
y penosamente la educación, el turismo, la arqueología, las tradiciones y la
cultura no es momentáneo. Es un excavar, un mantener y veo que no hay interés y
a lo mejor no lo habrá porque nuestras bases y modelos educativos no ayudan.
Esa dejadez que hablaba al inicio es reflejo de todo. Si tengo que decirlo, a
nivel cultural y educativo, Caraz tiene una gran deficiencia. No hay una visión
o proyecto que de alguna esperanza de cambio.
7. Por
último, ¿Qué nos recomiendas leer de la producción de “El Inca”? ¿Qué libro o
articulo deberíamos revisar para comenzar a investigar sobre Caraz y Huaylas?
3
fijas: “Huaylas mágico”, la cual es una recopilación de tradiciones, cuentos y anécdotas.
“Huaylas leyenda, tradición y sueño” y el famoso “Caraz Dulzura” que es una
mini enciclopedia de lo que es Caraz como ciudad y urbe. Creo que son los tres títulos
más importantes que produjo mi papá y recomendaría.
Roy Pajuelo y el archivo "El Inca" (Foto: Edwin Yaranga) |
8. Queremos cerrar esta conversación con unas
preguntas pin pon. ¿Qué es lo primero que viene a tu cabeza si te digo…
·
Ministerio de Cultura: activismo
·
Alba Herrera: leyenda
·
El Inca: mi vida
·
Caraz: un amor no correspondido
·
Tumshukayko: abandono
·
Municipalidad de Huaylas: si ellos
quisieran
·
Rómulo Pajuelo: es lo que soy