El trabajo para la formación del museo de Puente Piedra nace en el año 2019 a raíz de los hallazgos que tuvimos en la zona de Zapallal. Estos hallazgos que aparecen de manera fortuita durante la instalación de red de gas natural, pasó a convertirse en un proyecto de Rescate Arqueológico. Además, en ese año hubo los juegos panamericanos y tuvimos la suerte que, una semana antes de iniciar el evento, apareció un contexto funerario Chancay que contenía un cuchimilco. No sabía hasta ese momento que la Municipalidad de Puente Piedra tenía como personaje representativo al cuchimilco de los juegos entonces fue de bastante impresión para la municipalidad enterarse que en su distrito había evidencia de la cultura Chancay. Ellos solos consideraban tener esa imagen por ese año de la coyuntura y es así que la Municipalidad nos llama a una reunión para poder ver la forma de divulgar los hallazgos que estábamos recuperando.
Como todo hallazgo que se obtiene en campo, era necesario que pasaran por un proceso de conservación y análisis para poder contar la historia dando como consecuencia la dilatación del tiempo para la exposición. Y justo en el 2020, cuando termina el proyecto, comienza la pandemia con la cuarentena. Esto hizo que se detuvieran los trabajos para la divulgación, pero en el 2021 comenzamos a retomar de manera paulatina los trabajos de análisis y conservación. Para fines del mes de febrero ya podíamos retomar los trabajos pausados y firmamos un convenio de cooperación interinstitucional mientras se daban aún los últimos trabajos de análisis del material. Iniciamos con una exposición en el óvalo de Puente Piedra, antes se llamaba la trocha, la cual se recuperó el 2018 de los ambulantes y ahora es una alameda.
La exposición contó con 12 paneles en una extensión de un poco más de 200 m. con la historia del distrito de Puente Piedra con base en los hallazgos que habíamos recuperado desde el 2018. La exposición tuvo una buena recepción siendo un espacio neurálgico del distrito donde al día pasan o visitan más de 10000 personas de Lima Norte, llamando el interés de varios vecinos. Es así que le propusimos a la Municipalidad poder ver un espacio donde se expongan estos hallazgos. En un inicio se pensó hacer en un colegio, pero las condiciones de este no eran las más óptimas, ya que habían pasado dos años tras la pandemia, por lo que opto hacer en el Palacio de la Cultura. Felizmente el edificio no fue usado para hacer un policlínico porque ya estaban a punto de firmar un convenio con el Ministerio de Salud para los pacientes del COVID, sin embargo no prosperó.
Por lo tanto se decidió usar el primer piso para montar la exposición y a su vez, convocó la creación de un programa de voluntariado cultural, el cual tenía como objetivo capacitar a jóvenes del distrito en el servicio de guiado. Esto hizo que la exposición tuviera una sostenibilidad en el tiempo. De lo que se pensaba al inicio que iba a durar 4 meses, terminó quedándose de manera permanente y el año pasado, en julio, la saliente gestión decide convertir el primer piso del Palacio de la Cultura en su primer Museo Municipal. Esta alberga la exposición “Puente Piedra: nuestra historia”, la cual montamos el 2021 y de esta manera, mediante una Resolución Directoral del Ministerio de Cultura, incorpora este museo a la Red Nacional de Museos del Estado. Es así como la exposición que se pensó de manera temporal se convierte en la exposición permanente del Museo Municipal de Puente Piedra.
La primera señal que tuvimos para pensar que estábamos conversando con personas de interés genuino era que nos llamaran. No tuvimos que ir a tocar la puerta, sino que más bien ellos nos cruzaron un oficio para conocer lo que hacíamos. Lo segundo era la voluntad política, ellos mostraron el interés para que nosotros podamos difundir el patrimonio de su distrito buscando espacios. Como te comentaba, al inicio se pensó en un colegio, pero como no guardaba las condiciones, ellos no dijeron: “bueno, ya no rinde, que pena” sino que dijeron: otro espacio. Entonces se pensó en la casa de la cultura, pero muy chico y de ahí fue en el Palacio Municipal, hasta que encontraron el lugar que recién se estaba inaugurando, valga verdades, con el Palacio de la Cultura y decidieron otorgarlo.
Luego firmar un convenio deja de ser solo palabras para tener una firma. Era un acta donde la municipalidad señalaba que quería una exposición y esta ayuda. Por último, realizar más programas en torno al museo para poder mantenerlo con vida y poder tener su continuidad en el tiempo. Por ejemplo, cuando terminaron esos cuatro meses iniciales se dieron cuenta de que había un interés de los vecinos y dijeron que “no podía terminar acá, hay que seguir dándole más empuje”. Entonces armaron varias actividades como traer colegios para que sea visitado. Por lo tanto, hay varias acciones que demuestran que hay un interés genuino. Hemos visto casos contrarios en otras municipalidades, en las cuales, ante el primer problema ya no continúan. Pero en este caso fue distinto.
Ahí sí hemos tenido una brecha. En este caso de Puente Piedra, lamentablemente en los últimos años no ha surgido una agrupación u organización civil cultural asociada al patrimonio arqueológico. Lo hubo varios años atrás de jóvenes estudiantes de un colegio de la zona que trabajaban en torno a la huaca Tambo Inga, pero se disolvió y no se ha vuelto a generar otra organización similar. Nuestro convenio que firmamos con la municipalidad, tiene un ítem que propone apoyar a todo tipo de iniciativa civil en torno al patrimonio cultural del distrito. Aún no hemos tenido la suerte de recibir alguna solicitud de apoyo porque prácticamente la municipalidad está tomando ese rol activo entre comunidad y patrimonio. Con su programa de voluntariado cultural, ellos absorben ese interés de la comunidad por participar activamente y lo divulgan por medio de ese programa de voluntariado.
El convenio es solo entre la Municipalidad y Cálidda, el Ministerio de Cultura aparece únicamente como parte de la aprobación de permisos y autorizaciones que puedan tener en torno a cualquier actividad que se realice en Tambo Inga. En su momento, cuando comenzó todo esto, no se veía muy prometedor concretar una intervención en el sitio, pero esto fue cambiando en el tiempo. El año pasado, se pudo realizar el cerco perimétrico de Tambo Inga y este año tengo entendido que van a iniciar un proyecto de investigación arqueológica con fines de puesta en valor, financiado por la municipalidad. Entonces, aparentemente todo está enfocándose a que la municipalidad se haga cargo, como debería ser, de su patrimonio en su distrito. Sería genial, como en otros casos, donde la municipalidad pueda firmar un convenio de cooperación interinstitucional con el Ministerio de Cultura para que pueda otorgarle la administración del monumento con todos los requisitos y recomendaciones.
5. Siendo autocrítico o viendo la otra cara de la moneda, ¿cuáles serían los elementos que aún no han podido conseguir para mejorar el conocimiento logrado y la experiencia de la visita?
Nosotros comenzamos este proyecto de manera autofinanciada. Cálidda puso un presupuesto semilla con el trabajo de su propio personal. Es decir, en vez de contratar a una consultora de museología o museografía, se hizo netamente con el equipo de Cálidda. Se contrataron algunas empresas para hacer impresiones y cosas así, pero toda la parte de instalación la tomó Calidda como suya. Entonces es algo que se ido mejorando porque ya la municipalidad, en vista del espacio necesita mejorar su infraestructura y servicios, ya comienza a contratar personal. Ahora ya tienen una guía oficial de turismo que se encarga de hacer el guiado en el museo y también para Tambo Inga. Los voluntarios no solo van a recibir una capacitación de nosotros, sino también la guía de un profesional para poder desarrollar su labor.
En cuanto al presupuesto, el año pasado se cerró la gestión y no hubo la posibilidad de gestionar un presupuesto más holgado para estos proyectos, pero eso ha ido cambiando. Al iniciar el actual ya está ese proyecto activo y le pueden inyectar mayor partida presupuestal para poder realizar más acciones. Entonces se están tratando de cerrar esas brechas, sobre todo las técnicas, para que el museo pueda tener más actividades y mejorar en sus exposiciones. Porque al ser un museo tiene esa dinámica. Lo peor que se puede hacer es tener un museo estático e inamovible. En este caso, el museo tiene todas las oportunidades de mejorar y lo bueno es que ya lo está haciendo.
Eso es algo que efectivamente me pareció curioso. El año pasado el alcalde Renan Espinoza, cada vez que se iba a inaugurar alguna feria en otro distrito, los cuales eran aliados políticamente, se llevaba una porción de la exposición del museo. De alguna manera lo convirtió en una porción de esta itinerante. Y nosotros el año pasado, a partir del mes de septiembre, desarrollamos junto con los voluntarios un programa “el museo en tu cole”. Agarramos una muestra significativa de las réplicas de los hallazgos que teníamos exhibidos, armamos un guión y lo llevamos a los colegios. Tuvo un buen recibimiento y la municipalidad colocó un flyer de inscripción invitando a los colegios que querían participar y se realizó sobre ocho semanas de visitas. Se logró visitar ocho colegios y en total sumaron 2500 alumnos aproximadamente.
Y no solo de puente Piedra, sino también de Carabayllo. De alguna manera estamos proponiendo que el museo salga de su espacio físico y pueda ser llevado a los colegios. Obviamente, todas estas acciones no se pueden hacer sin el compromiso de las autoridades. Este programa es el traslado de las piezas, voluntarios y todo lo que conlleva la estadía de la colección durante esa semana y es presupuesto de la municipalidad. Se nota un interés genuino por seguir expandiendo el posicionamiento de este museo porque los distritos de Lima Norte son muy grandes y tratar de abarcar a todos los distritos a este punto es ilógico. La mejor estrategia es ir a diferentes colegios, los más alejados primero del distrito.
Este año, al ser inicio de gobiernos locales, tenemos como aliados a la Municipalidad de Puente Piedra y su alcalde es el presidente de la mancomunidad de Lima Norte. Esperamos que él sea la palanca que nos ayude a los demás distritos de Lima Norte y buscar a los aliados que se encarguen de replicar las acciones hechas acá. Tener un espacio donde se haga una exhibición, tener un programa de voluntariado cultural, poder habilitar o darle vida a un espacio arqueológico. Todos los distritos de Lima Norte tienen huacas y todas ellas tienen el problema de que están siendo invadidas o han sido olvidadas. Entonces la mejor manera de seguir aportando es hacer actividades.
Al menos ese es el objetivo que nos hemos propuesto este año: replicar en otro distrito de Lima Norte y que se vuelva a tener un ejemplo de buenas acciones. Poder habilitar este año una visita más formal a la huaca Tambo Inga. Ya se formó un cerco perimétrico, se están haciendo trabajos paisajísticos del entorno para que tenga un área de amortiguamiento para que pueda ser visitado por los vecinos para disfrutar del sitio arqueológico, pero aún falta muchísimo. Esperemos que este año la municipalidad pueda concretar su sueño de comenzar su proyecto de investigación en el sitio y puesta en valor, para brindar un servicio de guiado en la huaca.